O los
políticos se ponen las pilas ya, arreglan este despropósito de país o, como
dice mi padre, vamos a acabar todos viviendo en el campo, de lo que da el
campo.
No es ninguna
tontería, pero lo veo venir. Vamos hacia la bicicleta, en vez del coche, y si
no fíjate que cada vez hay más gente en bici por la calle.
Ya conozco a más de una familia que ha montado una
huerta en su terraza, jardinera o mini jardín para autoabastecerse.
Sin ir más
lejos, no hay más que ver como los
pueblecitos medio abandonados de Castilla, empiezan a recibir a los hijos de
los hijos que, unos años antes abandonaron el campo por la capital, en busca de
fortuna. Hoy, sin embargo, la riqueza se encuentra en estos lugares, ricos en trabajo, tiempo para todo y paz.
No hablo de
ninguna hipótesis, un amigo de mi padre que se quedó sin trabajo, decidió irse
a un pueblo de Soria a criar ovejas. Y de momento, ahí está.
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